A raíz del devastador incendio en el club nocturno de Pulse en Kočani, Macedonia del Norte, una tragedia que ha dejado docenas con lesiones graves de quemaduras: el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) suena una alarma urgente. Si bien el enfoque inmediato permanece en salvar vidas, se avecina otro peligro: bacterias resistentes a múltiples fármacos, particularmente cepas resistentes a carbapenem (CR), lo que podría complicar los esfuerzos de recuperación y representar un riesgo de salud pública significativa.
La sombra de la resistencia a los antibióticos
Las heridas de quemaduras son exclusivamente vulnerables a las infecciones debido a su extenso daño a la barrera protectora de la piel. Estas heridas abiertas a menudo se convierten en calas de reproducción para patógenos oportunistas, incluidas las bacterias gramnegativas como Pseudomonas aeruginosa , Acinetobacter baumannii y miembros de la familia Enterobacterales como Klebsiella pneumoniae . Alardando, muchas de estas bacterias han desarrollado resistencia incluso a los antibióticos de último resorte como los carbapenemas, lo que las hace extraordinariamente difíciles de tratar.
Las bacterias resistentes a carbapenem presentan un grave desafío en entornos de atención médica en todo el mundo. Según datos de Macedonia del Norte en 2023, el país ya informó una alta incidencia de bacterias CR*. Este riesgo de referencia se ve exacerbado por la transferencia masiva de víctimas de quemaduras a hospitales en los Estados miembros de la UE y los países vecinos para atención especializada. Tal movimiento transfronterizo, aunque esencial para proporcionar un tratamiento para salvar vidas, aumenta la probabilidad de propagar organismos resistentes entre las instalaciones.
Lecciones del pasado
La historia ofrece un recordatorio aleccionador de este peligro. En 2015, un incendio de club nocturno similar en Bucarest, Rumania, cobró 64 vidas y dejó cientos de heridos. Posteriormente, muchos sobrevivientes desarrollaron infecciones graves causadas por bacterias CR, destacando cuán rápido pueden surgir tales brotes en poblaciones vulnerables. Los paralelos entre Bucarest y Kočani subrayan la necesidad crítica de medidas proactivas para evitar un escenario repetido.
«Los pacientes que se recuperan de quemaduras requieren un control meticuloso de la infección», dice la Dra. Maria Andersson, experta en enfermedades infecciosas en el ECDC. «Con la complicación adicional de la resistencia a los antibióticos, los proveedores de atención médica deben estar atentos para garantizar que estos pacientes no enfrenten infecciones secundarias que puedan resultar fatales».
Precauciones recomendadas
Para mitigar la propagación de bacterias CR, el ECDC ha emitido pautas integrales para hospitales que reciben pacientes de Macedonia del Norte:
- Protocolos de aislamiento : Los pacientes deben ser colocados en habitaciones individuales o agruparse al ingresar para minimizar el contacto con otros.
- Medidas de detección : La detección activa de bacterias resistentes a múltiples fármacos, incluidas las cepas de CR, es crucial a la llegada. La identificación temprana permite intervenciones específicas.
- Prácticas de higiene estrictas : La higiene de manos y la limpieza ambiental rigurosa no son negociables para reducir los riesgos de transmisión dentro de los centros de salud.
- Uso juicioso de antibióticos : El uso excesivo o el mal uso de los antibióticos acelera el desarrollo de la resistencia. Se insta a los hospitales a usar agentes antimicrobianos solo cuando es absolutamente necesario y bajo una guía experta.
Estas precauciones tienen como objetivo salvaguardar tanto a pacientes individuales como a sistemas de salud pública más amplios de los efectos en cascada de la resistencia a los antibióticos.
Una creciente crisis de salud pública
El aumento de las bacterias resistentes a múltiples fármacos representa uno de los desafíos de salud globales más apremiantes de nuestro tiempo. En Europa Solo, las infecciones resistentes a los antibióticos fueron responsables de más de 35,000 muertes anualmente a partir de 2019, según el ECDC. Las cepas resistentes a carbapenem, en particular, se encuentran entre las más preocupantes porque dejan a los médicos con pocas opciones terapéuticas.
«Este incidente destaca la interconexión de la atención médica moderna», explica la profesora Elena Markova, una epidemióloga especializada en enfermedades infecciosas. «Lo que sucede en un rincón de Europa no se queda allí: nos afecta a todos. Es por eso que la cooperación internacional y el intercambio de información son vitales».
De hecho, el ECDC está alentando a los países a informar cualquier caso de bacterias RC identificadas en pacientes transferidos. La comunicación oportuna habilitará una respuesta coordinada y ayudará a contener brotes potenciales antes de que se intensifiquen.
Equilibrar cuidado y precaución
Si bien garantizar la mejor atención posible para los heridos en el incendio de Kočani es primordial, no puede venir a expensas de una seguridad más amplia de la salud pública. Al implementar medidas preventivas robustas, los sistemas de atención médica pueden proteger tanto a los pacientes actuales como a los futuros de los peligros de la resistencia a los antibióticos.
A medida que continúan las investigaciones sobre la causa del incendio, la comunidad médica enfrenta su propia batalla contra los adversarios invisibles, las bacterias que evolucionan más rápido de lo que la ciencia puede seguir el ritmo. Por ahora, la vigilancia, la colaboración y la adhesión a las mejores prácticas siguen siendo las defensas más fuertes de la humanidad contra esta amenaza silenciosa pero mortal.
Publicado originalmente en The European Times