La Conferencia Episcopal Mexicana divulga un mensaje llamando a abrir la conciencia a la luz de la verdad para ser mensajeros de la esperanza y de la vida.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
«Frente a la cultura de la muerte y del descarte, nuestra respuesta debe ser un compromiso firme y decidido con la cultura de la vida y la dignidad humana». Este es el llamamiento que la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) dirige con motivo de la «Semana por la Vida 2025»que se celebrará del 24 al 28 de marzo durante el Año Jubilar. Según plantean, esto implica formar una conciencia iluminada por la verdad, defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, promover la familia y la educación en valores, combatir la violencia con la paz del Evangelio, acompañar a las víctimas de violencia y fortalecer tanto la evangelización como el compromiso social.
«Queremos ser mensajeros de esperanza y vida, acogiendo con amor la fraternidad», expresa el Episcopado. «Seamos mensajeros de esperanza y vida, acogiendo con amor al enfermo, al débil y al vulnerable. Acojamos a nuestros enfermos, especialmente a aquellos que se encuentran cerca de la resurrección de la vida en Cristo. Seamos mensajeros de esperanza y vida, rehabilitando a quienes han caído en las garras del crimen».
Los obispos afirman que «la dignidad humana ha sido gravemente afectada por el secuestro, la extorsión y la violencia» en una situación que definen como «desafiante» para el país. Se trata de una realidad «dolorosa», subrayan, marcada por la proliferación de una «cultura de la muerte y el descarte», que se manifiesta de diversas formas: desde la despenalización y promoción del aborto hasta la violencia descontrolada, la delincuencia organizada y el narcotráfico, que han convertido vastas regiones en «zonas de guerra».
Ante este contexto, el comunicado de los Obispos cita un pasaje de la bula de indicción del Año Santo, Espero que no decepcionesen la que el Pontífice afirma: «San Pablo sabe que la vida está hecha de alegrías y dolores, que el amor se pone a prueba cuando aumentan las dificultades y la esperanza parece derrumbarse frente al sufrimiento». Por ello, insisten en que la Iglesia nos invita a mirar el futuro con esperanza y reafirma su compromiso inquebrantable con la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Los Pastores también hacen un llamado a ser mensajeros de esperanza y vida para los migrantes. Asimismo, tienen la certeza de que «Dios camina con su pueblo» y desean que la esperanza «sea un faro que oriente nuestro caminar, porque sabemos que el Amor nos ha salvado y nos sostiene».
En este sentido, animan a trabajar juntos, con valentía, «por un México donde la vida sea respetada y promovida en todas sus etapas». Por último, los prelados encomiendan la «Semana por la Vida» a la Virgen de Guadalupe, «para que interceda por nosotros y nos ayude a ser constructores de una auténtica cultura de la vida».
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