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Hungría, la experta de la ONU Nazila Ghanea informa sobre la discriminación y los derechos religiosos

Budapest, Hungría, octubre de 2024 – Hungría enfrenta una decisión con respecto a la libertad religiosa mientras enfrenta el desafío de preservar sus conexiones tradicionales con las principales organizaciones religiosas y al mismo tiempo enfrentar el creciente problema de la discriminación contra los sistemas de creencias minoritarias. Los últimos descubrimientos de Nazila Ghanea, Relatora Especial sobre Libertad de Religión o Creencias, de las Naciones Unidasproporcionan información sobre los factores que influyen en el entorno religioso de Hungría. Durante su evaluación tras un viaje oficial que durará del 7 al 17 de octubre de 2024, destacó las dificultades generalizadas y destacó casos particulares que muestran las dificultades experimentadas por los grupos religiosos minoritarios.

Un contexto histórico que influye en la dinámica actual

La historia de Hungría, en particular la restrictiva era comunista (1949-1989), sigue influyendo en las relaciones contemporáneas entre el Estado y la religión. A pesar de la aprobación de la Ley Fundamental (Constitución) en 2011, que garantiza la libertad de conciencia y religión (Artículo VII. (1)), persisten restos de restricciones pasadas. Los interlocutores, incluidos funcionarios gubernamentales, líderes religiosos y actores de la sociedad civil, enfatizaron con frecuencia este contexto histórico, subrayando el impacto persistente en las libertades religiosas actuales.

La Ley de la Iglesia de 2011: un arma de doble filo

Si bien la Ley Fundamental de Hungría aparentemente apoya la pluralidad religiosa al declarar que “los individuos tienen derecho a elegir, cambiar y practicar libremente su religión”, la implementación práctica a través de la Ley Eclesiástica de 2011 ha pintado un panorama más matizado. La Ley Eclesiástica, que inicialmente contemplaba a más de 350 grupos religiosos, impuso criterios estrictos, reduciendo las organizaciones reconocidas a sólo 34. Nazila Ghanea observa: “La Ley Eclesiástica de 2011 despojó a las organizaciones de su estatus legal, reduciendo significativamente el número de personas reconocidas oficialmente y, por lo tanto, limitando en gran medida sus derechos legales.” Esta centralización ha marginado inadvertidamente a numerosas comunidades religiosas, limitando su acceso a los beneficios estatales y fomentando un entorno de desigualdad.

Sistema de reconocimiento escalonado: favoritismo y exclusión

Hungría emplea un sistema de cuatro niveles para el reconocimiento religioso: “iglesias establecidas”, “iglesias registradas”, “iglesias incluidas en la lista” y “asociaciones religiosas”. Lograr el estatus de “iglesia establecida” requiere un complejo proceso de registro, que incluye una mayoría de dos tercios de los votos en el Parlamento, un mecanismo criticado por politizar el reconocimiento religioso. Este sistema afianza el favoritismo hacia iglesias establecidas como la católica romana, la reformada y la evangélica luterana, que disfrutan de un apoyo estatal sustancial para sus iniciativas educativas y sociales. Organizaciones religiosas más pequeñas y nuevas, como budistas, hindúes, cienciólogos y ciertos grupos judíos, luchan bajo estos estrictos criterios, enfrentando dificultades financieras y obstáculos legales para mantener sus operaciones.

Las “minorías”: un espectro de discriminación

Varios grupos sufren discriminación bajo el marco legal actual:

  • Comunidad Romaní y personas LGBTIQ+: El persistente discurso de odio y la intolerancia social actúan como barreras importantes al libre ejercicio de las creencias religiosas. Ghanea señala: “La prevalencia del discurso de odio en la sociedad húngara… sigue siendo una barrera importante para el libre ejercicio de la religión o las creencias de muchos grupos minoritarios”.
  • Los Testigos de Jehová y la Comunidad Evangélica Húngara (MET): Estos grupos enfrentan obstáculos para acceder a fondos públicos para actividades comunitarias y mantener lugares de reunión. MET, dirigida por el pastor Gábor Iványi, perdió su estatus de “iglesia establecida”, lo que provocó graves dificultades financieras, incluida la pérdida de fondos para sus escuelas y servicios sociales. A pesar de las apelaciones ante los tribunales nacionales y el Tribunal Europeo de Derechos humanosMET aún no ha recuperado su prestigio.
  • Otras religiones minoritarias: Las comunidades religiosas más pequeñas, como los budistas, los hindúes, los cienciólogos y ciertas facciones judías, luchan contra prejuicios sistémicos que impiden sus libertades sociales y religiosas, y a menudo dependen de donaciones privadas y del apoyo de la comunidad para sostener sus operaciones.

La saga de Scientology: una batalla por el reconocimiento y los derechos

Entre los grupos asediados que navegan por el restrictivo panorama religioso de Hungría se encuentra la Iglesia de cienciología. El informe de Ghanea, además de las ideas que compartí recientemente en mi artículo titulado “La libertad religiosa bajo amenaza: el caso de Scientology en Hungría”, menciona los persistentes desafíos legales y el escrutinio gubernamental que enfrentan los cienciólogos. El enfoque del gobierno húngaro, además de los ataques públicos por parte de funcionarios gubernamentales específicos que afirman ser católicos, y como Ghanea cubre en su informe preliminar que “La Iglesia de Scientology ha enfrentado redadas y desafíos legales bajo las leyes de protección de datos de Hungría, y un largo retraso en el permiso para mantener su sede en Budapest.“. En mi artículo anterior destaqué los obstáculos burocráticos que los miembros perciben como esfuerzos por deslegitimar su fe. Esta lucha en curso pone de relieve cuestiones más amplias dentro del sistema de reconocimiento escalonado de Hungría, que afecta desproporcionadamente a organizaciones religiosas más nuevas y menos convencionales o incluso utiliza viejas tácticas comunistas y alemanas de etiquetar a los grupos o presentarlos como sospechosos de ser agentes de gobiernos extranjeros.

Sesgo institucional y sus ramificaciones

El sistema escalonado de reconocimiento religioso perpetúa el favoritismo y la exclusión. Ghanea explica: “Sólo las «iglesias establecidas» de primer nivel disfrutan de pleno estatus legal y de los beneficios del apoyo estatal.Esta estratificación obstaculiza la solidaridad interreligiosa y fractura a las comunidades dentro de la misma religión, creando divisiones basadas en el estatus legal más que en principios espirituales. Además, el entrelazamiento de las responsabilidades del Estado y de la Iglesia ha provocado debates sobre la autonomía y la misión. Si bien la financiación estatal ayuda a las escuelas y hospitales religiosos, corre el riesgo de comprometer la independencia de estas instituciones, desviándolas de sus misiones espirituales fundamentales hacia obligaciones administrativas y profesionales que pueden no alinearse con sus valores fundamentales.

Disparidades de financiación: apoyo desigual a las instituciones religiosas

La financiación estatal en Hungría favorece a las iglesias establecidas, lo que exacerba las desigualdades entre los grupos religiosos. Antes de 2010, las escuelas religiosas recibían financiación municipal limitada. Las reformas posteriores a 2010 introdujeron una segunda corriente de financiación para las escuelas religiosas, ampliando efectivamente la brecha financiera entre las escuelas administradas por la iglesia y las municipales. En consecuencia, las instituciones administradas por la iglesia ahora disfrutan de una financiación significativamente mayor, desde el jardín de infantes hasta las universidades, y dominan la atención de protección infantil: el 74% está administrada por la iglesia. Este régimen de financiación preferencial, si bien algunos lo justifican como un medio para remediar injusticias históricas, exige un proceso transparente y objetivo para evitar que se perpetúen estructuras discriminatorias.

Discurso de odio e intolerancia social

El discurso de odio sigue siendo un problema generalizado en la sociedad húngara y afecta a varios grupos minoritarios. A pesar de la política declarada de tolerancia cero de Hungría hacia el antisemitismo, las encuestas indican su presencia persistente, que a menudo se manifiesta como un discurso de odio codificado. Los judíos informan que se sienten obligados a ocultar sus símbolos religiosos por motivos de seguridad. Además, la retórica antimusulmana, amplificada por funcionarios de alto nivel, a menudo se entrelaza con sentimientos antimigrantes, alimentando agresiones verbales contra mujeres que usan velo y otros grupos marginados. Ghanea señala: “El patrón de retórica anti-musulmana estigmatizante también proviene de funcionarios de alto nivel y gran parte de ella ha vinculado una fuerte retórica anti-inmigrantes con el odio anti-musulmán.

Llamados a la reforma y la inclusión

Los hallazgos preliminares de Ghanea enfatizan la necesidad de reformas integrales para desmantelar las estructuras discriminatorias dentro del gobierno religioso de Hungría. Ella afirma: “Las preocupaciones actuales planteadas por las organizaciones internacionales de derechos humanos resaltan la necesidad de realizar más reformas para garantizar que todas las comunidades religiosas en Hungría puedan operar sin discriminación..”

Las recomendaciones incluyen:

  • Establecer un proceso de registro transparente: Pasar de mecanismos de aprobación politizados a criterios objetivos de reconocimiento religioso.
  • Desvincular el apoyo estatal del estatus religioso: Garantizar que los fondos estatales se asignen basándose en criterios transparentes y equitativos, en lugar de favorecer a las iglesias establecidas.
  • Promoción de la tolerancia social: Abordar el discurso de odio y fomentar un entorno en el que todos los sistemas religiosos y de creencias puedan coexistir sin prejuicios.

El camino por delante

El progreso de Hungría hacia el logro de la libertad religiosa enfrenta varios obstáculos que reflejan cuestiones sociales más amplias y acontecimientos históricos intrincados. En medio de la navegación entre honrar la tradición y abrazar la modernidad en el paisaje del país, las súplicas de los grupos minoritarios se destacan como una clara demanda de justicia y aceptación. Se espera que el próximo informe detallado de Ghanea, cuya publicación está prevista para marzo de 2025, proporcione análisis y sugerencias prácticas para promover la libertad religiosa y los derechos humanos en Hungría.

Nazila Ghanea concluye sus observaciones preliminares afirmando: “Estas son mis conclusiones preliminares y presentaré mi informe, que contiene todas mis observaciones y recomendaciones de mi visita a Hungría, al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en marzo de 2025.” Su compromiso continuo con las autoridades húngaras subraya el compromiso de fomentar un entorno donde todas las comunidades religiosas puedan prosperar sin discriminación.

La búsqueda de libertad religiosa por parte de Hungría pone de relieve la intrincada interacción entre la ley, las actitudes sociales y los legados históricos. Para que Hungría haga realidad el verdadero espíritu de su Ley Fundamental, es imperativo abordar las prácticas discriminatorias y fomentar un entorno inclusivo para todos los sistemas religiosos y de creencias. El camino a seguir exige una reevaluación de los marcos legales existentes, aceptando la diversidad no como una amenaza sino como piedra angular de una sociedad verdaderamente libre y pluralista.

Publicacion original en The European Times

Juan Sánchez Gil
Juan Sánchez Gil
Juan Sánchez Gil, uno de los fundadores de The European Times News - Informando sobre cuestiones de ética empresarial, social y gubernamental en Europa e internacionalmente, con énfasis en los derechos fundamentales. También da voz a quienes no son escuchados por los medios de comunicación masivos.

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