Fethullah Gülen, un destacado clérigo turco y defensor del diálogo y la educación interreligiosos, falleció el 21 de octubre de 2024 en un hospital de Pensilvania a la edad de 86 años. Conocido por su énfasis en la paz, la tolerancia y el servicio a la humanidad, Gülen dedicó su vida a fomentar el diálogo entre religiones y promover interpretaciones moderadas del Islam. Su muerte cierra un capítulo notable tanto en la historia turca como en el pensamiento islámico global.
El legado de Gülen está formado por sus esfuerzos por fomentar el altruismo, la educación y el entendimiento interreligioso. Fundó el movimiento Gülen, o “Hizmet” (que significa “servicio” en turco), que construyó una red global de escuelas, universidades y organizaciones caritativas que promovían estos valores. El movimiento enfatizó que la educación y el liderazgo ético son esenciales para una sociedad pacífica y justa. Las enseñanzas de Gülen resonaron en millones de personas, no sólo en Pavo sino en todo el mundo, ya que su mensaje llegó a diversas comunidades a través de la red de escuelas e iniciativas.
A pesar de su ideología pacífica, Gülen se convirtió en una figura muy polarizadora en Turquía. Una vez alineado con el presidente Recep Tayyip Erdoğan, su relación se agrió en 2013, y Gülen fue posteriormente acusado de orquestar el fallido intento de golpe de 2016, cargos que negó hasta su muerte. Esto llevó a que su movimiento fuera atacado por el gobierno turco y muchos de sus seguidores enfrentaron duras persecuciones, caza y secuestros. Los representantes turcos también interfirieron en los asuntos políticos de otros países exigiendo que los seguidores de Hizmet no hicieran declaraciones públicas pacíficas en parlamentos y lugares oficiales. Sin embargo, Gülen siguió siendo un firme defensor de la no violencia, abogando constantemente por el diálogo y el respeto mutuo para resolver las diferencias.
A lo largo de su vida, Gülen fue reconocido por su compromiso con la paz y recibió premios por sus esfuerzos para fomentar la armonía entre diferentes culturas y religiones. Su alcance se extendió a instituciones como el Vaticano y organizaciones judías, mostrando su dedicación a salvar divisiones entre comunidades que a menudo están en conflicto. Su postura moderada sobre el Islam, junto con su enfoque en la ciencia, la educación y la responsabilidad cívica, lo convirtieron en una figura venerada entre sus seguidores.
El fallecimiento de Gülen deja un legado complejo, marcado tanto por la admiración por sus contribuciones pacíficas como por las controversias que ensombrecieron sus últimos años. Sin embargo, muchos lo recordarán como un líder espiritual que buscó crear un mundo más compasivo, educado y armonioso.
Un movimiento de Servicio
El movimiento Gülen, también conocido como Hizmet (que significa “servicio” en turco), se destaca como una iniciativa global que se centra en la educación, el diálogo interreligioso y el servicio social. En esencia, el movimiento busca promover valores de tolerancia, paz y cooperación entre diversas culturas y comunidades religiosas. Fundado por Fethullah Gülen, el movimiento se expandió rápidamente, particularmente mediante el establecimiento de escuelas e instituciones educativas en toda Turquía y en más de 100 países de todo el mundo.
Centrarse en la educación y el altruismo
Uno de los aspectos más positivos del movimiento Gülen es su énfasis en la educación. Gülen veía la educación como un medio para mejorar la sociedad y abogaba por escuelas que integraran la excelencia académica con los valores morales. Las escuelas afiliadas al movimiento, conocidas por su enfoque en ciencia, tecnología y matemáticas, han brindado educación de calidad a estudiantes de diversos orígenes, independientemente de su nacionalidad o religión. Esta iniciativa educativa está impulsada por la creencia de que las personas educadas y equilibradas contribuyen positivamente a la paz y el progreso de la sociedad.
Las escuelas del movimiento no sólo se centran en el aprendizaje académico sino que también enfatizan la formación del carácter, con una dimensión ética que anima a los estudiantes a convertirse en personas compasivas y socialmente responsables. Estas escuelas a menudo promueven el entendimiento interreligioso y el multiculturalismo, lo que las hace influyentes en áreas propensas a conflictos al fomentar el respeto mutuo y el diálogo entre diferentes comunidades.
Promoción del diálogo interreligioso
Un pilar central de las enseñanzas de Gülen es su dedicación al diálogo interreligioso. Fomentó constantemente los debates abiertos entre diferentes tradiciones religiosas, incluidos el islam, el cristianismo y el judaísmo. El propio Gülen inició un diálogo con líderes religiosos mundiales, incluido el Vaticano y organizaciones judías, con el objetivo de crear entendimiento y colaboración entre divisiones religiosas. Sus esfuerzos fueron particularmente significativos en una época en la que muchas regiones del mundo estaban lidiando con conflictos religiosos.
Este compromiso con el diálogo se refleja en diversas conferencias y foros organizados por el movimiento, donde personas de diferentes religiones se reúnen para discutir temas de interés común como la paz, la justicia y la convivencia mutua. A través de estas iniciativas, el movimiento ha ayudado a romper con los estereotipos y fomentar un espíritu de cooperación, que ha sido elogiado por académicos y líderes de todo el mundo.
Servicios Sociales y Filantropía
Más allá de la educación y el diálogo, el movimiento Gülen ha hecho importantes contribuciones en el ámbito de los servicios sociales. Varias actividades filantrópicas apoyadas por el movimiento incluyen ayuda en casos de desastre, atención médica y asistencia a comunidades desfavorecidas. Las organizaciones benéficas del movimiento, tanto en Turquía como a nivel mundial, han estado a la vanguardia de los esfuerzos humanitarios, ayudando a los afectados por desastres naturales y dificultades económicas. Su trabajo ha abarcado desde ofrecer becas a estudiantes desfavorecidos hasta ofrecer ayuda médica en países que enfrentan crisis.
Este elemento altruista del movimiento se alinea con la creencia de Gülen de servir a la humanidad y abordar las necesidades prácticas de la sociedad a través de la compasión y la generosidad. Ha ayudado a miles de personas a mejorar sus condiciones de vida y acceder a oportunidades de desarrollo personal que de otro modo no habrían estado disponibles para ellos.
Promoción de la convivencia pacífica
El movimiento Gülen se basa en la idea de que las diferencias de religión, cultura e ideología no deberían ser fuentes de conflicto sino más bien oportunidades de comprensión y colaboración. Este espíritu ha llevado al movimiento a abogar por la coexistencia pacífica, especialmente en regiones propensas a conflictos donde las tensiones entre grupos étnicos y religiosos a menudo desembocan en violencia. Al promover el diálogo y el respeto mutuo, el movimiento busca crear entornos donde diversos grupos puedan vivir juntos pacíficamente.
El movimiento ha sido a menudo elogiado en los círculos internacionales por sus esfuerzos para contrarrestar el extremismo. Sus escuelas e instituciones sirven como modelos de moderación, donde se anima a los estudiantes a pensar críticamente y adoptar valores de tolerancia. Esta postura ha convertido al movimiento en una voz influyente en la promoción de una interpretación equilibrada del Islam que se alinee con los valores democráticos modernos.
En general, las contribuciones del movimiento Gülen a la educación, el diálogo interreligioso, el servicio social y la promoción de la paz han dejado un impacto duradero tanto en Turquía como en la comunidad global. A pesar de enfrentar importantes desafíos políticos y oposición, particularmente en Turquía, las iniciativas positivas del movimiento se han ganado el respeto en todo el mundo por su compromiso de fomentar la comprensión y mejorar la sociedad a través de medios pacíficos. La visión de Fethullah Gülen de una sociedad educada, compasiva y tolerante sigue inspirando a muchos incluso después de su fallecimiento.
Publicado originalmente en The European Times