El polen procede de aquellas partes de la planta que son especialmente importantes para el desarrollo de la especie vegetal. Por tanto, contiene sustancias de alto valor biológico. Su composición varía mucho dependiendo de las plantas de las que se cosecha. El polen fresco contiene los siguientes ingredientes:
• sustancias proteicas (22-40%), incluidos los aminoácidos valina, triptófano, fenilalanina, lisina, metionina, leucina, isoleucina, trevonina, histidina, arginina, ácido glutámico, aspártico, etc.
• Azúcares en forma de carbohidratos de néctar (30 – 60 %)
• Vitaminas. El polen de abeja es particularmente rico en vitaminas que el cuerpo de las abejas absorbe. Se han identificado las vitaminas B1, B2, B3, B6, B7, B8, B9, B12, C, provitamina A (convertida en el organismo en vitamina A), vitamina D, etc. La rutina (vitamina P) alcanza los 60 mg por 100 g de polen. Es de particular importancia para el cuerpo humano, ya que aumenta la resistencia capilar.
• Enzimas. Se han identificado amilasa, invertasa, catalasa, fosfatasa, etc., que catalizan diversos procesos químicos en el organismo.
• Sustancias antibióticas. Provienen tanto de plantas como de abejas. Detienen el desarrollo de bacterias en los intestinos. Son especialmente activos contra bacterias gramnegativas, como Escherichia coli, Salmonella ehteritidis y Proteus vulgaris, que son causantes de enfermedades gastrointestinales e infecciones del tracto urinario.
• Sustancias minerales. El potasio, el calcio, el fósforo y el magnesio se encuentran en mayor cantidad. Se han encontrado en pequeñas cantidades manganeso, zinc, cobalto, bario, plata, oro, vanadio, tungsteno, iridio, mercurio, molibdeno, cromo, cadmio, estroncio, paladio, platino y titanio. La cantidad de sales minerales es mayor en el polen que en la miel.
• Lípidos, sustancias aromáticas y pigmentarias.
• Sustancias biológicamente activas. El polen de abeja contiene de 0,60 a 4,87% de ácidos nucleicos, siendo los ácidos ribonucleicos más que los ácidos desoxirribonucleicos.
• El polen de abeja es rico en aminoácidos esenciales para la vida, que superan muchas veces a los aminoácidos contenidos en la carne de res, los huevos y el queso.
Si no existieran otras fuentes alimenticias que contengan aminoácidos, el polen podría proporcionar al cuerpo humano la cantidad mínima necesaria con una dosis media de 15 g al día. Por ejemplo, 2 cucharadas de polen equivalen al contenido de proteínas de 140 g de filete de cerdo, pero sin grasas malas, productos químicos ni hormonas animales.
Acción terapéutica y aplicación:
Por un lado, el polen tiene un alto valor nutricional: ningún otro producto natural puede competir con él, pero al mismo tiempo es un alimento completo gracias a sus diversos ingredientes. El polen también debe considerarse como un “concentrado medicinal” natural, debido a la gran cantidad de enzimas, vitaminas, sustancias antibióticas, oligoelementos, flavonoides, etc. que contiene, todos de origen natural y en una proporción favorable entre sí. .
El polen se utiliza en el tratamiento de:
• Enfermedades del intestino delgado y grueso.
• Posibilidad de utilizar el polen y el perga en el tratamiento de la diabetes, ya que estimula la liberación de insulina.
• Reduce el nivel de colesterol, que se utiliza en el tratamiento de la aterosclerosis.
• El polen se caracteriza por un bajo contenido en sodio, pero contiene mucho magnesio y potasio, lo que lo hace adecuado para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
• El polen contiene hierro, lo que significa que puede utilizarse en el tratamiento de la anemia.
• Gracias al rico contenido en yodo, el polen puede utilizarse en la prevención del bocio endémico.
• El polen tiene un efecto anabólico (constructivo) bien expresado.
• Se utiliza en el tratamiento de enfermedades inflamatorias y degenerativas del hígado.
• Tiene un efecto normalizador sobre el sistema nervioso.
Se conocen muy buenos resultados en el tratamiento y prevención de procesos patológicos de la glándula prostática como la hipertrofia. El polen de abeja se utiliza para enfermedades gastrointestinales, astenia y estados de fatiga mental y física, que aparecen como consecuencia de diversas enfermedades, sobrecargas, agotamiento (de edad y neurótico), etc. Se utiliza para la falta de apetito en niños, retardada. crecimiento y retraso en la dentición; se incluye en la terapia compleja de enfermedades cardiovasculares, en la prevención y tratamiento de la aterosclerosis, en enfermedades hepáticas, trastornos climatéricos, etc.
Las contraindicaciones para el tratamiento con polen de abeja son la alergia al mismo y un daño severo al parénquima renal.
El polen se considera completamente inofensivo para el organismo.
Es adecuado para el tratamiento de enfermedades hepáticas, aterosclerosis, lipidemia (aumento de grasa). Con tratamiento a largo plazo, mejora la condición de pacientes con adenoma de próstata y prostatitis, estados depresivos y alcoholismo crónico. Un medio eficaz para el fortalecimiento general del organismo.
Conservar en un lugar oscuro y fresco.
Admisión-
Por la noche, antes de acostarse, tomar un vaso de agua con una cucharadita de polen de abeja y una cucharadita de miel, después de que se haya disuelto y obtenido una mezcla homogénea de color amarillento. Por eso, es bueno añadir los ingredientes (polen y miel) a un vaso de agua tibia al menos 15-20 minutos antes. La cuchara no debe ser de metal.
¿Por qué noche?
Por toda la gama de vitamina B. Tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso. Ayuda a dormir bien.
Vitaminas. El polen de abeja es particularmente rico en vitaminas que el cuerpo de las abejas absorbe. Vitaminas B1, B2, B3, B6, B7, B8, B9.
Foto ilustrativa: San Gran Mártir Procopio († 303), santo patrón de los apicultores celebrado el 8 de julio por la Iglesia Ortodoxa. Fresco de 1315-1320 en la iglesia de Hora en Constantinopla (Constantinopla).
Publicado originalmente en The European Times