La compleja crisis sanitaria en la República Democrática del Congo (RDC) ha empeorado desde principios de 2023. En el este del país, pueblos enteros han sido quemados hasta los cimientos a medida que se intensifican los enfrentamientos entre comunidades y el conflicto armado, lo que ha obligado a la gente a abandonar sus hogares. hogares para su seguridad y supervivencia. La zona también ha sufrido inundaciones y deslizamientos de tierra, lo que aumenta aún más el riesgo de brotes de enfermedades mortales.
Una de estas enfermedades es el cólera. El cólera es una infección intestinal aguda que se propaga a través de alimentos y agua contaminados con heces que contienen la bacteria. Vibrio cholerae. Si bien la enfermedad ha sido eliminada de muchas partes del mundo, continúa afectando el este de la República Democrática del Congo, afectado por años de subdesarrollo, conflictos y fenómenos climáticos extremos.
En octubre de 2023, el gobierno de la República Democrática del Congo lanzó un plan para eliminar la enfermedad para 2030.
Un brote largo y terrible
Después de unos años de disminución de los casos, el cólera volvió a estallar en la República Democrática del Congo en 2023, con los casos concentrados en el este afectado por el conflicto. Este año se han notificado más de 41.000 casos, incluidas 314 muertes, lo que lo convierte en uno de los mayores brotes de cólera del mundo.
Una característica preocupante de este brote es que el país ha notificado casos constantemente elevados durante todo el año. Después de un pico inicial en abril, se han notificado alrededor de mil casos cada semana. Los brotes más grandes y duraderos implican desafíos adicionales para los trabajadores de la salud, que ya están sobrecargados de trabajo, respondiendo a una serie de enfermedades en circunstancias extremadamente difíciles.
La OMS ha estado trabajando estrechamente con las autoridades sanitarias del país para responder a este brote, proporcionando suministros médicos y experiencia, facilitando el transporte de muestras de prueba a los laboratorios y construyendo centros de tratamiento para acercar la atención médica a las personas que enfrentan brotes. El cólera es una enfermedad fácilmente tratable, pero el tiempo apremia. En casos graves, un tratamiento rápido puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Luchando contra el cólera en medio de la escasez mundial
La importancia de estas medidas se ha vuelto aún más importante a medida que otra herramienta, la vacuna oral contra el cólera, sigue siendo escasa en todo el mundo. Hace un año, el Grupo Internacional de Coordinación para el Suministro de Vacunas (el organismo que gestiona los suministros de vacunas de emergencia) tomó una decisión sin precedentes de pasar de un régimen de vacunación contra el cólera de dos dosis a una dosis. Esta decisión se vio obligada por una grave escasez mundial de la vacuna.
Esto ha significado que las vacunas suministradas a todos los países, incluida la República Democrática del Congo, no hayan satisfecho las necesidades. Aún así, el país llevó a cabo una campaña de vacunación que llegó a más de 360.000 personas con una sola dosis cada una, y en un futuro próximo se llegará a otros 5 millones de personas.

Un nuevo plan ambicioso
Aunque las vacunas son importantes, para eliminar el cólera es necesario que muchos sectores de la sociedad trabajen juntos, centrándose en conseguir que las personas tengan agua potable y sistemas sanitarios bien gestionados. El nuevo plan de la República Democrática del Congo para eliminar el cólera utiliza un enfoque de todo el gobierno. Su objetivo es movilizar a más de 22 ministerios clave para lograr el objetivo de eliminar el cólera, cuyas causas se encuentran fuera del sector de la salud. Este enfoque fue bien recibido por el Grupo de Trabajo Mundial para el Control del Cólera, una asociación mundial que trabaja para lograr una reducción del 90 % de las muertes por cólera y su eliminación en 20 países para 2030.
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