El 56% de las personas entre 18 y 34 años dijeron haber tenido al menos un sueño climático en su vida, en comparación con el 14% de los mayores de 55 años.
Martha Crawford empezó a soñar con el cambio climático hace unos 11 o 12 años, empezó la historia con ese titular en Time.
A diferencia de muchos de sus sueños anteriores recordados, estos no eran fragmentarios ni carecían de significado: eran “muy claros”, recuerda. “No requirieron mucha interpretación”. En uno, lee un libro de texto sobre el cambio climático y luego lo arroja detrás del respaldo de su sofá, fingiendo que no existe. En otro, asiste a una conferencia impartida por un científico del clima. Pero el profesor empieza a gritarle por no prestar atención y ella suspende el curso. El punto es bastante claro, dice Crawford, trabajador social clínico autorizado: “No tienes cuidado y debes tener cuidado”.
Los sueños finalmente la inspiraron a iniciar el Proyecto Sueños Climáticos en 2019, y desde entonces ha estado creando un espacio donde las personas pueden compartir anécdotas sobre sueños climáticos, en su mayoría de forma anónima.
Uno de los sueños presentados en la colección es el de personas cavando hoyos en el desierto para que el aumento del nivel del mar tuviera un lugar adonde ir. Otro sueño habla de un partido de fútbol “Flood” en el que los jugadores flotan en cámaras de aire en la segunda mitad.
Otra persona que compartió cuatro sueños climáticos habló de uno en el que miles de millones de personas se agolpaban en una sala gigante que parecía un estadio deportivo de videojuegos, pero que era lo suficientemente grande como para albergar a la población mundial. “Al final del sueño, toda la faz de la Tierra era diferente”, escribieron. “Estaba completamente congelado y la única parte habitable era una meseta gigante con una ciudad en ella”.
El cambio climático parece haberse entretejido en el “tejido de los sueños”, como lo expresa Crawford.
Estudiar los sueños puede resultar resbaladizo. No siempre los recordamos y su interpretación es muy subjetiva. Pero según una encuesta de 1.009 personas realizada por The Harris Poll en junio para los medios de comunicación, más de un tercio de la gente en Estados Unidos ha soñado con el cambio climático al menos una vez en su vida.
Según el estudio, las imágenes y sensaciones que evocan estos sueños varían mucho. Los sueños climáticos de la mayoría de las personas están asociados con condiciones climáticas extremas o desastres naturales; menos son aquellos sobre mosquitos y saltamontes o sobre líderes políticos y leyes. Las emociones más comúnmente reportadas son el miedo y el estrés, con la excepción de los millennials, que parecen tener sueños más esperanzadores.
La prevalencia de los sueños climáticos disminuye con la edad: el 56% de las personas entre 18 y 34 años dijeron haber tenido al menos un sueño climático en su vida, en comparación con el 14% de las personas mayores de 55 años. Los hombres parecen soñar más con cambio climático que las mujeres. Y la gente de color sueña con ello mucho más que los blancos.
En conjunto, los datos nos brindan una nueva perspectiva sobre cómo se puede sentir el país con respecto al cambio climático.
Foto ilustrativa de Kampus Production: https://www.pexels.com/photo/beautiful-woman-sleeping-on-bed-5990954/
Publicado originalmente en The European Times