El divorcio representa un cambio fundamental ya menudo traumático en el mundo del niño y, desde su perspectiva, una pérdida de la familia. Cuando se les habla del divorcio, muchos niños se sienten tristes, enojados y ansiosos, y puede resultarles difícil comprender cómo cambiarán sus vidas. La edad del niño también afecta su reacción a la nueva estructura familiar.
Navegar por un divorcio cuando tiene hijos requiere considerar cómo el divorcio puede afectarlos.
Aquí hay un resumen rápido de lo que entienden los niños de 6 a 11 años y cómo puede facilitar su transición después del divorcio.
Efectos del divorcio en los niños: de 6 a 11 años
El divorcio puede dejar a los niños en edad escolar entre las edades de 6 y 11 años luchando con sentimientos de abandono. Los niños más pequeños, especialmente los de 5 a 8 años, pueden no entender el concepto y sentir que sus padres se están divorciando de ellos. Pueden preocuparse por perder a uno de sus padres y fantasear con que sus padres se reunirán. De hecho, a menudo creen que pueden “salvar” el matrimonio de sus padres.
Los niños de 8 a 11 años pueden culpar a uno de los padres por la separación y apuntar al padre “bueno” contra el “malo”.
Pueden acusar a sus padres de ser malos o egoístas, expresando su ira de diversas maneras: peleando con compañeros de clase, arremetiendo contra el mundo o poniéndose ansiosos, retraídos o deprimidos. Para algunos niños, los efectos del divorcio se manifiestan físicamente: piense en malestares estomacales o dolores de cabeza por estrés, así como en inventar síntomas para quedarse en casa y no ir a la escuela.
Facilitar la transición después del divorcio
Los padres que se divorcian pueden evitar que sus hijos se sientan abandonados al crear oportunidades confiables y constantes para pasar tiempo de calidad juntos.
Los niños de escuela primaria pueden experimentar una pérdida extrema y rechazo durante un divorcio, pero los padres pueden restaurar el sentido de autoestima y seguridad de sus hijos. Para empezar, todos los padres deben pasar tiempo de calidad con el niño, animándolo a revelar sus sentimientos.
Asegúreles que ninguno de los padres los abandonará y reitere que el divorcio no es su culpa. (Del mismo modo, los padres no deben culparse mutuamente por la separación, sino explicar que fue una decisión mutua).
También es importante mantener un horario regular de visitas, ya que los niños prosperan con la previsibilidad, especialmente en tiempos de confusión.
Finalmente, anime a su hijo a participar en eventos y diversión que disfrute (la escuela, las amistades y las actividades extracurriculares son cada vez más importantes a esta edad).
Ayúdelos a reconstruir su autoestima y anímelos a acercarse a los demás en lugar de retirarse del mundo.
Foto por estudio cottonbro
Publicado originalmente en The European Times