A menudo se asume incorrectamente que China o Turquía son las únicas fuentes de componentes que alimentan la existencia de la industria militar rusa. Los chips electrónicos también provienen de países europeos, mediante el uso de esquemas intrincados para eludir el efecto de sanciones económicas.
Una investigación reciente del portal web suizo Noticias RSI descubrió que el ejército ruso está reutilizando componentes obtenidos de productos fabricados en Suiza. Al parecer, se extraen microchips y bloques de control de maquinaria de precisión, bicicletas eléctricas o unidades de control de automóviles.
La publicación menciona que la evidencia de producción suiza se encontró hace un par de semanas en el dron de reconocimiento “Orlan” que fue derribado por la Defensa Aérea de Ucrania.
Después de una investigación exhaustiva, los expertos han encontrado una placa PCB producida por la empresa U-blox, con sede en Zúrich. Esta empresa es uno de los líderes en la fabricación de productos para los mercados automotriz, de comunicaciones y de consumo.
Se informaron hallazgos verificados similares en algunos casos anteriores, que involucraban componentes de productos fabricados por U-blox que se usaban en drones y misiles.
La compañía ya afirmó que “desde 2002 ha adoptado una política muy estricta que prohíbe la venta directa e indirecta a los clientes del uso de sus productos en aplicaciones y armas militares”.
Según los datos de ventas, estos componentes podrían haber ingresado al mercado militar ruso desde el sector civil, desde productos que se importaron de Suiza en 2012, 2015 y 2019. Y, muy probablemente, se sacaron de productos comerciales desmontados, como como bicicletas eléctricas o electrónica de automóviles y luego se instalan en drones de combate.
El CEO de U-blox, Stefan Zizala, dijo que la compañía sigue estrictamente toda la cadena de suministro para evitar violar las reglas que rigen el uso de sus productos. Pero no tienen ningún medio para prevenir tales violaciones si el cliente decide seguir este curso de acción. La entrada continua de componentes fabricados en Suiza también es posible mediante la reexportación de productos de doble uso por parte de otros países, incluida China.
“Seguimos la cadena de suministro tanto como sea posible para evitar precisamente estas dinámicas. Pero si el cliente de un cliente viola estas reglas, no tenemos ninguna posibilidad de evitar que termine allí”, dijo Stefan Zizala.
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