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sábado, noviembre 16, 2024
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La ley del ¡sólo sí es sí!, y el feminismo socialista

La ley del “solo sí es sí” nació con la presunción de culpabilidad a cuestas. Su antecesora “la ley de violencia de género” ya había marcado el camino. Cuando en 2022 comienza a aplicarse, con informes desoídos de juristas, que afirmaban que su redacción podría no ser todo lo jurídicamente adecuada que se pretendía, nos ha dado, apenas unos meses después la reducción de condena de varios delincuentes sexuales convictos, unos 400, y la puesta en libertad por adelantado de cerca de una cuarentena.

El PSOE, o cabría decir más, Pedro Sánchez, acaba de poner en marcha la remodelación de una ley que se presumía estrella en 2022 y que cerraba un ciclo iniciado por el feminismo más radical cuando hace unos años un grupo de hombres, al que no adjetivaré, creo que no es bueno seguir victimizando a ninguna mujer más, realizó una violación en grupo. El enfervorecido grito callejero de ¡basta ya!, inundó las calles, y deprisa y corriendo el gobierno del PSOE e Unidas Podemos, decidió rentabilizar todo aquello, sabedores de que las elecciones estaban cerca. Se sacaron una ley de la manga y donde los expertos juristas vieron una mala redacción de esta, ellos sólo sintieron el clic de los votos cayendo en las urnas.

Ahora unos meses después e insultada la justicia, acusada de machista, misógina y otras ignominias lejanas, cuando cerca de 400 agresores han visto revisadas sus penas con reducción de condena y cerca de 40, adelantada su salida de la cárcel, con el peligro que ello conlleva para algunas de sus víctimas pasadas, se sacan de la manga, deprisa y corriendo el trámite de afrontar los retoques de una ley que jamás, con su texto actual, debió ver la luz. Unidas Podemos, admitió que aceptara los retoques del siempre que se respete el espíritu de la ley y el PSOE, sabedor del año de elecciones que afronta, no tiene más remedio de arreglar el desarreglo en el que participó y tratar de que la frágil memoria de los electores españoles, con el ruido mediático al que nos vamos a ver sometidos, olvidemos prontamente la vergonzosa actuación de política de dicho partido.

De toda la hemeroteca guardada, que prontamente irá a la papelera o quizá tratada como una información de lo que son capaces algunos colectivos que se sectarízan para conseguir sus objetivos, me voy a quedar con un pequeño resumen del director del diario EL MUNDO cuando afirma en la 3ª de Opinión del domingo 5 de febrero de 2023: La ley del sí es sí es una calamidad que padecen los ciudadanos por el abandono consciente de la racionalidad en el proceso de toma de decisiones, sustituida por el narcisismo frívolo y el sentimiento vacuo. Antes de esa norma, según la ministra de Igualdad, “las mujeres víctimas de las violencias sexuales no tenían una respuesta del Estado”.

Frente a este comentario tan especial de Irene Montero, solo me cabría pensar que ella no es culpable de las barbaridades que dice, ni quizá de las barbaridades que cometan los agresores sexuales que ya han salido a la calle y los que saldrán antes de lo que hubiera sido deseable, porque quizá el único responsable, y así debería recordarle la historia debe ser Pedro Sánchez, por su tardanza y también por extensión todas las ministras socialistas de su gobierno, quien han estado defendiendo hasta la saciedad la actuación efectuada sobre la aprobación de la ley. El feminismo socialista, frente al narcisismo permanente de Pedro Sánchez y el vulgar populismo mal entendido de Unidas Podemos, es el culpable de la tardanza en abordar la solución del problema que ha generado en multitud de mujeres la mal redactada ley del sí es sí. Deberían haber sido ellas, las mujeres socialistas, las que presionaran a Sánchez para que este terrible desaguisado se solucionara hace meses. Es más, su dimisión hubiera sido una excelente moneda de cambio para conseguir este propósito. ¿Dónde queda la dignidad del feminismo socialista?

Michiko Kakutami, periodista del New York Times, publicó en 2020 un ensayo titulado La muerte de la verdad donde analiza que ésta, está sometida a un proceso de degradación, incluso en los países donde se intenta salvaguardar los principios básicos de la democracia. Lo subjetivo y la necesidad de pelear cada voto para sostenerse en lo más alto de la cúspide política, han hecho que se gobierne pensando más en los colectivos generados en las redes sociales, en las burbujas de activistas que, en cada caso, brazo en alto, manos juntas o separadas, realizan acciones en bloque que parecen ser las únicas propuestas viables que algunos políticos escuchan.

No ayudaré al ruido y daré por buena la reforma de la ley del sí es sí, pero no sin decir que Unidas Podemos se equivocó en el mantenimiento de una propuesta que nació a todas luces fallida, y que he echado de menos al feminismo socialista que tanto interés a puesto en defender los derechos de la mujer en el pasado. ¡Ah! y la excusa de los daños colaterales sólo servirá, en este caso para llenar de vergüenza histórica a quienes la utilizan. Con la vida y la libertad sexual de las mujeres no se debería jugar jamás. 

Gabriel Carrión López
Gabriel Carrión López
Gabriel Carrión López: Jumilla, Murcia, 1962. Escritor, guionista y realizador. Ha trabajado como periodista de investigación desde 1985 en prensa, radio y televisión. Ha publicado dos libros sobre la banda terrorista ETA. Colabora con medios de prensa libre y es conferenciante sobre temas diversos.

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