Cientos de ingleses con billete falso o sin pase
El caos y el enorme error organizativo que marcó la final de la Liga de Campeones siguen siendo tema de actualidad en los días posteriores al partido más importante del fútbol europeo de la temporada.
El tema incluso desplazó al propio partido, en el que el Real (Madrid) venció al Liverpool y en el puesto 14 ascendió al trono del fútbol del Viejo Continente.
Sin precedentes en las últimas décadas, el partido se ha retrasado más de 30 minutos.
La razón fue que miles de aficionados del Liverpool aún no habían ocupado sus asientos en las gradas, sino que se empujaban y formaban grandes multitudes frente a las pocas entradas abiertas que quedaban en el Stade de France de París.
La situación también generó tensiones: la policía utilizó gases lacrimógenos y, finalmente, miles de aficionados subieron a la tribuna. Algunos nunca han podido hacerlo.
Naturalmente, después de un error tan grande, las acusaciones comenzaron de inmediato.
Al principio, la UEFA y los organizadores culparon a los aficionados ingleses de abandonar el estadio demasiado tarde, subestimando el tráfico en París y la entrada más lenta al estadio.
Por supuesto, el encuestado dijo que la organización estaba siendo criticada y que para varios miles de seguidores sólo se había abierto una entrada.
La ministra de Deportes francesa, Amélie Ouedda-Castera, comentó la situación y el caos lo provocaron miles de aficionados “rojos” que intentaron invadir el Stade de France sin entradas o con entradas falsas.
“Todo el problema surgió por los intentos masivos de los aficionados del Liverpool de entrar al estadio sin entrada o con una falsa.
Se fusionaron con la multitud, empujaron a la gente con pases regulares y fueron difíciles de identificar. Además, fueron estos infractores quienes provocaron la tensión.
“Lamento sinceramente que los gases lacrimógenos de la policía hayan herido a mujeres y niños, lo que dejará una mancha en París”, afirmó.
La UEFA sigue insistiendo en que el motivo del revuelo es la llegada tardía de aficionados a la zona del estadio.
Publicado originalmente en The European Times