Siempre que me enfrento a un artículo sobre la ingesta de medicación a nivel mundial, me acuerdo de la frase de Allen Frances: Las farmacéuticas se han vuelto más peligroso que los cárteles de las drogas. Este psiquiatra americano al que cito regularmente y que fue el presidente del grupo de trabajo del DSM-IV, el vademécum de los médicos psiquiatras (la biblia), denunció en un libro ¿Somos todos enfermos mentales? la cuestión que epigrafía el presente artículo. Las farmacéuticas nos inundan con medicación, y serían necesarios muchos volúmenes para referir la cantidad de problemas que sus productos generan a la sociedad.
Sin embargo, este artículo nos acerca hasta lo que se conoce en el argot anglosajón como Doping, la ingesta de microdosis de medicamentos para funcionar en el trabajo diario. La idea básica es que con drogas en el organismo se produce más.
En un artículo del magazín Actualidad Económica del 28 de enero de 2024, en su página 40, leía que …Elon Musk toma ketamina. Segey Brin toma setas mágicas. Los ejecutivos de la empresa de capital riesgo Founders Fund, conocida por sus inversiones en Space X y Facebook, han organizado fiestas con psicodélicos… Esta publicación económica se hacia eco de una publicación de The Wall Street Journal quien se hacía eco de informaciones de relacionadas con Silicon Valley o con centros de poder económico como Manhattan …El consumo rutinario de drogas ha pasado de ser una actividad fuera del horario laboral a formar parte de la cultura empresarial, lo que obliga a los consejos de administración y a los directivos de las empresas asumir sus responsabilidades…
El Doping o Dopaje es, según el COI (Comité Olímpico Internacional) …es la administración o uso por parte del atleta de cualquier sustancia ajena al organismo o cualquier sustancia fisiológica tomada en cantidad anormal con la sola intención de aumentar en un modo artificial y deshonesto su participación en la competición. Indudablemente es dentro del campo del deporte donde nos podemos encontrar la mayoría de las informaciones o estudios relacionados con dicho tema. Sin embargo, mientras en el deporte se han ido poniendo las medidas necesarias para que esto no suceda, en la sociedad, dentro de las empresas en general y en la convivencia diaria en particular, se siguen utilizando diversos estimulantes.
La escabrosa pandemia del COVID-19, sobre la cual no se ha escrito todavía la última palabra, nos dejó una presunta sociedad necesitada, al parecer, según la clase psiquiátrica y sus múltiples apuesta por ello, de medicamentos para controlarse su maltrecha salud mental. La escabrosa pandemia, no sólo hizo ganar miles de millones a diferentes empresas farmacéuticas e industrias afines, sino que movilizó a todo un entramado de personas que vieron en ese momento como satisfacer su necesidad de productos psicodélicos. En Estados Unidos, en 2022, frente a la caída de medicamentos como el Ritalin o Aderall, se abrió la sociedad en canal hacia el consumo de estimulantes de cualquier tipo, incluidos aquellos que se comenzaron a fabricar en el mercado negro. Las mafias vieron en este nuevo nicho de mercado, una forma de hacer dinero rápido y fácil. Indudablemente, esta nueva forma de consumo no hace peligrar el mercado de la cocaína, que era la reina en las fiestas VIP.
La empresa de INVESMENT MANAGUEMENT Morgan Stanley, publico en julio de 2022 un pequeño informe de 8 páginas donde dejaba bien claro el giro de la industria hacia este tipo de negocio (pueden ver dicho informe integro en el siguiente enlace: https://www.morganstanley.com/im/publication/insights/articles/article_psychedelics_us.pdf ) En dicho informe, sin mencionar a nadie del sector, anuncia que dicha industria moverá en cerca de 10.000 millones de dólares en 2027.
Los productos relacionados con dicho consumo son cada vez más comunes y nada regulados. La ketamina o el éxtasis, así como derivados se utilizan desde hace tiempo en la industria farmacéutica y sus productos. Según un estudio del Diario Internacional de Neuropsicofarmacología, el 37% de los consumidores busca mejorar su rendimiento. Sin darse cuenta de las alteraciones físicas o neuronales de su ingesta. Pero si nos remontamos a 2017, encontraremos una curiosa definición sobre dicha cuestión, acuñada por la industria Terapia innovadora. ¿Cómo resistirse al uso legar de determinadas drogas psicodélicas?
El mercado, a partir de la pandemia sombría, no ha dejado de generar nuevas formas de ingesta de productos, unos legales, dentro de los circuitos habituales de creación de adictos industria-médicos-farmacias. Dando lugar a multitud de estudios sobre lo que un amplio espectro de médicos o farmacólogos han dado en llamar la sociedad intoxicada. Sin embargo, cada vez son más los artículos académicos relacionados con el buenismo de dichas terapias o ingestas. Y como excusa, dentro del campo de la psiquiatría se utiliza en ocasiones, que dichos productos son buenos para tratar la depresión profunda, sin mostrar jamás un estudio que nos deje tranquilos a aquellos que pensamos que la medicación contra la depresión y otros problemas de presunta salud mental leves general una generación de suicidas que pueden estar engordando la estadística de dicha acción.
Aunque son muchas las empresas que están ahora mismo apostando por este asunto (Bright Minds, Beckley Psytech, Bexson Biomedical, Delix, entre otras) destaca una de ellas Atai Life Sciences, que en su salida a bolsa en 2018 consiguió más de 500 millones de dólares. En el enlace siguiente podéis escuchar a uno de los CEO de la empresa comentar en la CNBC cuales son las ideas generales de su proyecto: https://mutter.me/blog/startups-sustancias-psicodelicas/ Indudablemente todas estas empresas pretenden salvar el mundo, sobre todo a los usuarios-pacientes de su problema de Salud Mental.
La creación de adictos en la sociedad moderna es una constante, cada vez el mercado, con la ayuda de nuevos protocolos médicos, nos acerca a la adicción más pronto, y los medicamentos al alcance de todos esos ejecutivos o trabajadores de cualquier campo productivo, son máquinas bien engrasadas de generar enfermos. Muchos de esos trabajadores acabarán perdiendo sus trabajos, algunos incluso la vida. Y los más, los que no puedan pagar el desenganche, la desprogramación psicodélica, acabarán abandonados a su suerte por un sistema sanitario que no podrá explotarlos más. El Doping, en cualquiera de sus acepciones, es una lacra peligrosa de la cual los únicos culpables seremos nosotros, no quienes nos los recetan o nos ayudan a conseguirlo sin ella
