Cuando Fuminori Tsuchiko llegó a la ciudad ucraniana el año pasado, se dijo a sí mismo que quería hacer algo para ayudar a la gente.
Un anciano japonés decidió abrir un café gratuito en Kharkiv, informó Reuters.
Cuando Fuminori Tsuchiko llegó a la ciudad ucraniana el año pasado, se dijo a sí mismo que quería hacer algo para ayudar a la gente después de la invasión rusa.
Motivado por la difícil situación de las personas obligadas por los bombardeos rusos a refugiarse en las estaciones de metro, este japonés de 75 años de Tokio decidió quedarse.
Dice que vivió en una de las estaciones de metro durante meses y se ofreció como voluntario para entregar comida a las personas que se escondían en el metro.
Él, junto con un ucraniano que conocieron allí, abrieron un café en “Saltyvka”, un distrito de Kharkiv, principalmente gracias a las donaciones de sus compatriotas realizadas a través de campañas en las redes sociales.
“Durante siete meses, de junio a diciembre, viví bajo tierra, en el metro, junto con tantos ucranianos”, dice Tsuchiko.
FuMi Cafe atiende a unas 500 personas al día, dice.
Tsuchiko dice que visitó Ucrania como turista en febrero de 2022 cuando la embajada japonesa le pidió que abandonara el país porque Rusia ya se estaba preparando para la invasión. Se fue a Varsovia, pero regresó después de dos meses.
Una de las visitantes del café, Anna Tovstopyatova, dice que vino a hacer una donación.
“Es maravilloso que haya personas tan honestas con corazones y almas abiertos que sacrifiquen sus vidas y su tiempo para ayudar y dar a los demás”, dice Tovstopyatova.
En la región de Kharkiv, las fuerzas armadas rusas fueron detenidas, después de lo cual el ejército ucraniano las hizo retroceder a través de la frontera ruso-ucraniana. A pesar de la retirada, continuaron los ataques rusos a la ciudad.
Fuente: abcn.ws/41F0RKa
