Una vez más me vuelvo a poner las pilas para sacar adelante un proyecto complejo. No es fácil con apoyos editoriales, imaginen sin apoyos. Sin embargo los que nacimos para contar cosas no podemos estar parados, así que, y esta vez es de verdad, llegamos para quedarnos. Eso si, con incertidumbre, la incertidumbre que da saber que uno nunca escribe a gusto de todos. Pero cuando ha tenido eso importancia en mi vida. Hace años ya que viajo con una pequeña mochila y sin excesivos apegos, sobre todo intelectuales. Ser un viejo que se guarda en copias, una leyenda urbana no es tan malo, es sobre todo útil a la hora de ser libre, al menos todo lo libre que se puede ser en este mundo globalizado.
Esta webs no es en si misma un blog, pero si es una herramienta donde intentaré que tenga cabida la mayor cantidad de gente posible, y la mayor cantidad de información posible. A diferencia de otras webs donde estamos trabajando, esta quiero que sea como una de esas revistas que se acercan a todo el mundo. Es por ello que cualquier cuestión que la gente desee aportar y que sea interesante, tendrá cabida sin duda. Pero también, debo confesar, será esa página donde recupere aspectos de mi propia historia que también me apetece que queden guardados para la historia.
El viaje sin duda comienza duramente, en medio de una situación complicado en el campo de la salud. Con cifras espectaculares de fallecidos en situaciones anómalas, ahora mismo me han comentado a través de una red social que la amiga de una amiga mía ha perdido a un tío por coronavirus en Barcelona y que no existe ninguna posibilidad de despedirse de él dignamente. Ese dolor no pasará en mucho tiempo, sobre todo para los familiares cercanos. Es una pena que no se puedan articular estrategias para que al menos un número indeterminado de familiares puedan estar en el adiós (no sólo los tres autorizados).
Seré crítico, el que me conoce lo sabe y mucho. Esto me ha valido la enemistad de muchos, pero que le vamos a hacer, los pocos que siempre están, los necesarios no ven mal esta actitud y por lo tanto seguiré con ella. Recuerdo uno de los grandes artículos que escribí en la dama la última ocasión en la que estuvo abierta, sobre la semana santa, el Viernes Santo, y con la situación del féretro de Jesús en la Plaza de Baix en la celebración de la Trença del guió, y como aquellas palabras, leídas por más de 30.000 ilicitanos cambiaron, al menos en aquel año, la forma de situar las imágenes en el tablero. Después, curiosamente no ha existido más Semana Santa, el pasado año por el agua y este por el Covid-19. Seguro que pronto volverán a sonar trompetas en todos los pueblos y los cristianos católicos tendrán la oportunidad de sacar imágenes.
La Dama de Elche es un símbolo universal, hace pocos meses, estuve en Madrid, en el Museo Arqueológico, su casa, charlando con ella. Hoy estará allí sola guardando cuarentena, pero, aún en su silencio es todo un símbolo internacional que nos debe alumbrar. Por ello considero que esta web, que lleva su nombre, también debe serlo. Es por ello que aquí tendrán cabida todos y todo lo que nos quieran contar. Comencemos viaje en la dirección que los pocos medios nos deparen.
Gabriel Carrión, escritor.
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